Lo primero que necesitamos para alcanzar el éxito en cualquier tipo de organización es definir cuál es nuestro norte.
Una vez que tenemos esto claro debemos generar e implementar un plan de acción que nos lleve por este camino, y este proceso es lo que se conoce como planificación estratégica. Dicho de otra forma, la planificación estratégica se define como el proceso sistemático de desarrollo e implementación de planes que nos permitan alcanzar los macro objetivos de la empresa y hacer realidad la declaración de su propósito. De esta manera se diseña una hoja de ruta que guía el proceso de crecimiento y profesionalización del negocio, velando siempre por la sostenibilidad de la empresa en el largo plazo, la creación de valor, la maximización de los recursos y la minimización de los riesgos.
¿Pero te ha pasado que las urgencias del día a día y los temas operativos te consumen demasiados recursos y no te dejan tiempo para nada más? Lamentablemente es un problema muy frecuente dentro del mundo empresarial, por lo que muchas veces la planificación estratégica permanece “en carpeta” debajo de un montón de otros pendientes. Pese a ello la invitación es a hacer un esfuerzo para generar las instancias necesarias para llevar a cabo este importante proceso, pues de lo contrario estaremos siempre dejando de lado lo importante por resolver lo urgente. Asimismo, te recomendamos tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
Dedícale recursos especiales: Tal como ya explicamos, encontrar un momento de tranquilidad para enfocarnos en esto es bastante complejo. Por eso se recomienda forzar la agenda de manera de crear los recursos necesarios. Por ejemplo, una alternativa que suele funcionar bien es bloquear un día entero en el cual las personas requeridas se reúnan fuera de la oficina a trabajar en este tema, lejos del correo electrónico, teléfono, reuniones y cualquier otro factor que los distraiga. Esta actividad debe avisarse con antelación para organizar el sistema de backups que permitan el normal funcionamiento de la empresa durante esa jornada.
Comunícala abiertamente: Una vez finalizado el proceso es muy importante hacer la bajada a todos los niveles de la organización, de manera que todos sepan hacia donde vamos y qué es lo que se espera de cada uno de ellos. Muchas veces se comete el error de trabajar la planificación estratégica entre unas pocas personas encerradas entre cuatro paredes, y luego esperar que todo funcione como reloj, sin haber comunicado al resto qué haremos, por qué lo haremos y cómo lo haremos. Hacer esta bajada es esencial para lograr el compromiso de todos en el éxito de la implementación de la planificación estratégica.
Revisión periódica: En un mundo lleno de incertidumbres y de condiciones cambiantes, lo que ayer nos hacía todo el sentido del mundo puede que hoy ya no tenga validez. Por eso te recomendamos revisar y replantear tu estrategia de manera semestral, o al menos, si las condiciones lo permiten, una vez al año.
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